La historia es simple, una nana. Raquel, una mujer tímida y básica que está entrando en su cuarta década de edad, ha pasado más de la mitad de su vida sirviendo en casa de los Valdés, una familia adinerada y numerosa del barrio alto santiaguino. Raquel es uno más de sus integrantes, pero de una manera que a los extranjeros les ha resultado especialmente chocante, sin embargo para nosotros es una postal tan común que hay que verla en una pantalla gigante para darnos cuenta de nuestras extrañas costumbres.
Querida, pero al mismo tiempo ignorada. La nana es un personaje con la que -quienes la han tenido- pueden haber compartido gran parte de su vida, acostumbrados a que alguien les hiciera la cama, les suirviera la comida y les dejara sobre la silla de la pieza las poleras planchadas. Sin embargo, ese personaje tan cercano es a la vez el más ajeno a la realidad que se vive en cada hogar. Poco y nada sabemos sobre lo que las nanas piensan, sienten, sus historias, sus orígenes, sus familias. A ratos podemos llegar a pensar que ella es simplemente una extensión más de la casa, una persona de que en realidad no hay que saber mucho, puesto que su rol es otro.
La Nana es una tremenda película de Sebastián Silva, cuyo guión fue co-escrito por Pedro Peirano. Magnífica actuación de la gran Catalina Saavedra, pero realmente magnífica, que hacen concluir que todos los premios que ha cosechado hasta ahora (que no son pocos, son más que merecidos).
La historia es simple, una nana. Raquel, una mujer tímida y básica que está entrando en su cuarta década de edad, ha pasado más de la mitad de su vida sirviendo en casa de los Valdés, una familia adinerada y numerosa del barrio alto santiaguino. Raquel es uno más de sus integrantes, pero de una manera que a los extranjeros les ha resultado especialmente chocante, sin embargo para nosotros es una postal tan común que hay que verla en una pantalla gigante para darnos cuenta de nuestras extrañas costumbres.
Querida, pero al mismo tiempo ignorada. La nana es un personaje con la que -quienes la han tenido- pueden haber compartido gran parte de su vida, acostumbrados a que alguien les hiciera la cama, les suirviera la comida y les dejara sobre la silla de la pieza las poleras planchadas. Sin embargo, ese personaje tan cercano es a la vez el más ajeno a la realidad que se vive en cada hogar. Poco y nada sabemos sobre lo que las nanas piensan, sienten, sus historias, sus orígenes, sus familias. A ratos podemos llegar a pensar que ella es simplemente una extensión más de la casa, una persona de que en realidad no hay que saber mucho, puesto que su rol es otro.
La Nana es una tremenda película de Sebastián Silva, cuyo guión fue co-escrito por Pedro Peirano. Magnífica actuación de la gran Catalina Saavedra, pero realmente magnífica, que hacen concluir que todos los premios que ha cosechado hasta ahora (que no son pocos, son más que merecidos).
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